| 27 y 28 de diciembre |
| Locos de La Vela: historia y tradición |
Autor: Adriana Mundaray
jueves, 28 de diciembre de 2017 | 9:37 am |
A 15 minutos de la ciudad de Coro en el municipio Colina, se encuentra el Puerto Real de La Vela un pintoresco pueblo costero impregnado de historia, poseedor de un importante conjunto de edificaciones arquitectónicas de barro conservadas desde los tiempos de la colonia, decretado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, el 9 de diciembre de 1993, donde cada diciembre se le da cabida a la locura de la danza, al ritmo del tambor, con la tradicional fiesta de Los Locos de la Vela.
Esta tierra de tradiciones hace gala de las manifestaciones culturales como uno de sus más preciados tesoros, así como, lo es el esplendoroso y colorido espectáculo al ritmo del pegajoso tambor veleño, que suena los 28 de diciembre en las calles de La Vela, anunciando la llegada de las fiestas de los Santos Inocentes o Locos de la Vela, una mezcla de desenfreno y estilo que ha movilizado a toda una población por más de 100 años.
Todo un despliegue de disfraces con visos carnavalescos que invade la cordura, una escena que mezcla la tristeza y la furia haciendo honor a sus orígenes en la época de la colonia cuando los amos daban permiso a los esclavos para realizar sus parrandas; a las que más tarde se unieron los indígenas caquetíos aprovechando la ocasión para protestar en contra de las privaciones a las que eran sometidos.
La particular fiesta tiene una protagonista que marca el inicio de la celebración el 27 de diciembre, se trata de la Mojiganga quien montada en su burro recorre el pueblo invitando sin vacilación y dejando cartas a las familias donde los locos descansarán al hacer sus paradas al siguiente día; fuegos artificiales, comparsas, cantos y mucho baile son fundamentales en la festividad que hoy es reconocida en el ámbito nacional e internacional por su vistosidad y distinción.
Los Locos de La Vela cuentan con una casa museo, ubicada en el sector Sixto Lovera, a escasos metros de la carretera nacional Morón-Coro, su colorida fachada, inspirada en los personajes que dan vida a la tradición, invitan a pasar a descubrir lo que guarda en cada espacio, buscando arraigar aún más esta manifestación cultural.
Los venezolanos y extranjeros pueden visitar la casa que posee salas para talleres, biblioteca virtual, salón de exhibición, además, de salas de exposición donde se muestra la semblanza de los mejores trajes que han sido premiados en las distintas ediciones.
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