| Al sur de Falcón |
| Sierra falconiana: naturaleza, cultura y tradición |
Autor: Adriana Mundaray
viernes, 08 de junio de 2018 | 8:05 am |
Es una fortuna llegar al sur de Falcón, donde el verdor de un pintoresco paisaje regala montaña, cascadas, ríos, cuevas, valles, un lujo de vegetación, sumándose la atención de su gente a través de excelentes servicios turísticos.
El clima de hasta 17 °C, abraza e invita a conocer los distintos poblados que guardan historias como es el de Macanilla en el municipio Petit, donde cada año se hacen honores al zambo José Leonardo Chirinos, hombre que luchó por la libertad de los esclavos el 10 de mayo de 1795.
La sierra falconiana es privilegiada al poseer dos parques nacionales uno se encuentra en San Luis de Cariagua, municipio Bolívar, el cual lleva el nombre del prócer Juan Crisóstomo Falcón, que tiene como antesala las Cataratas del Hueque, y el otro la Cueva de la Quebrada del Toro, ubicada entre los municipios Unión y Federación, a 15 kilómetros de la población de Santa Cruz de Bucaral.
Otro atractivo es el Haitón de Guarataro, la cueva más profunda de Venezuela, que se encuentra en el Parque Nacional Juan Crisóstomo Falcón, tiene una profundidad de 305 metros y una longitud total de 640 metros. También existe la Piscina de San Luis, ubicada en el río Cariagua, la cual es natural debido a que se llena con el manantial El Chiquin, ideal para el disfrute de la familia.
En el pueblo de Mitare, en el municipio Bolívar, se encuentra Piedra de Agua, una montaña que alimenta una catarata natural, donde turistas suelen practicar deportes extremos.
Este agraciado territorio posee un rico legado cultural, cada 23 y 24 de septiembre se celebra el Baile de las Turas, una de las manifestaciones aborígenes más importantes de Venezuela, la cual se realiza en el poblado de Mapararí, municipio Federación.
El Baile de las Turas es una danza ceremonial que era realizada por los indígenas jirajaras y ayamanes, antes y después de las cosechas para agradecer los frutos recibidos.
La fiesta comienza en la noche y culmina en la mañana del día siguiente. La danza consistía en que personas abrazadas formaban un círculo, moviéndose hacia adelante y atrás de derecha a izquierda y viceversa, en forma de culebra alrededor de un altar.
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